En el capítulo anterior...
- Ei pececillo
que te parece quedar mañana sobre las cuatro, paso a buscarte con el coche por
tu casa y vamos a lo que hemos quedado. Que duermas bien y descansa que mañana
te espera un día atareado - leyó Fran haciendo el tonto- Oh, qué bonito ya
tienes mote y todo. ¿Y qué pensáis ir a hacer? Eh pillina que te conozco… ¡Pero
espera!- dijo alarmado y divertido a su vez- hace dos años que no tienes novio,
no se te habrá olvidado como besar ¿verdad? Puedo darte unas clases por 25€ y
es poco eh que las practicas no molan demasiado.
- ¡FRANCISCO!
dame el puto móvil ya y vete a la mierda.
- Tú te lo
pierdes, según dicen las chicas, beso bien. Toma tu móvil, ya he cotilleado
suficiente.
Me dio el móvil y
se fue. Demasiado fácil había sido.
- Y que sepas que
aquí los euros no te servirían de mucho- le dije sacando la cabeza por la
puerta que daba al pasillo por el que él se alejaba
- ¡Anda calla! Y
buenas noches "pececillo"- me respondió girándose hacia mi
antes de entrar a su habitación mientras se reía a carcajadas. Un día de estos
lo mataba.
Me tumbé en la
cama y leí el Whatsapp de Niall varias veces antes de acordarme que tenía que
responderle.
"Por mi
perfecto. Aquí te espero. Buenas noches irlandés :)"
Dejé el móvil en
la mesilla, puse Take Me Home en aleatorio y quedé dormida escuchando sus
voces. Aun sin poder creer que les había conocido. Y que al día siguiente iba a
pasar una tarde de sueño con uno de ellos.
Me levanté, era temprano
todavía, pero estaba bastante emocionada y no podía volver a dormir. Fui hacia
el cuarto de baño y me metí bajo el agua caliente de la ducha. Me demoré un buen
rato, relajándome y meditando. Al salir, ya vestida y arreglada, vi a mi madre
bajando a desayunar y me uní a ella.
Una hora más
tarde me encontraba en el autobús con ella y Fran dirección al instituto.
Estaba nerviosa,
llegar a medio curso, tener que adaptarme, las clases en inglés, conocer a
gente nueva...
Y me encontraba
en frente de una puerta marrón, con un pequeño cristal en la parte superior, en
este, estaba escrito en letras mayúsculas "Dirección". Mi madre se
adelantó y dio un par de suaves golpes con los nudillos de los dedos en la
puerta. Unos segundos más tarde oímos una voz prominente de dentro que nos
indicaba que pasáramos.
- Buenos días,
soy la directora Demetriou, encantada- nos tendió la mano a mi madre, mi
hermano y finalmente a mí.
Empezó a
relatarnos los horarios, las clases, un poco de la historia de la escuela,
instituto e universidad. Era realmente inmensa, como había podido comprobar
para llegar al despacho donde me encontraba en ese momento, sentada en una
cómoda silla mascando un chicle de fresa. La directora, una mujer de unos
cincuenta años, con gafas de pasta cuadradas colgando de su cuello con una fina
tira metálica, castaña con alguna que otra cana que iba apareciendo y los ojos
azules, siguió explicando las normas de convivencia hasta terminar. También
estuvo repasando nuestras anteriores notas. Fran había repetido un curso, 1º de
la ESO, yo también, ese mismo año, haciendo 2º.
Ese año fue un
mal año, murieron mis abuelos con los cuales estábamos muy unidos. A raíz de
eso, Fran empezó a sufrir de sobrepeso, se pasaba el día comiendo chucherías,
bollería, chocolate, cualquier porquería, además pasaba el tiempo encerrado en
casa jugando a videojuegos o viendo la tele. Mis padres no estaban apenas en
casa por el trabajo y a mí no me tenía el suficiente respeto para hacerme caso.
Llegó un momento en que, cuando conseguí que se diera cuenta, era demasiado
tarde, no quería ir al instituto por las burlas de sus compañeros, tampoco
quería salir a la calle por vergüenza propia. Después de estar a dieta un
tiempo, tuvo que terminar casi un mes en el hospital. Yo estuve con él todo el
tiempo que no me quitaban las clases, mis padres trabajaban y era la única que
podía hacerle compañía. Aun lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Lo pasé muy
mal esa época, salía de la escuela e iba hacia casa para prepararle la comida,
yendo con él al gimnasio y a la piscina, a correr por el parque… En apenas dos años, conseguimos que recuperara su peso normal. Y ahora, era todo lo
contrario que entonces. Iba al gimnasio por lo menos tres veces a la semana,
cuando yo entrenaba a los niños en la piscina él venía conmigo y se pasaba el
rato nadando. Incluso creo que desde entonces no le he visto comer nada que no
fuera sano y es que yo lo pasé mal todo ese tiempo, pero él lo pasó peor. Pero
nos costó un curso.
- Y por último-
dijo la directora terminando el discurso que apenas escuché y, agachándose a un
lado de su silla, cogió algo del suelo- está prohibido mascar chicle- añadió
acercándome una pequeña papelera mirando hacia mí con una mirada severa. Me
ruboricé y saqué mi chicle de la boca para depositarlo en el contenedor.
- Lo siento- me
disculpé.
- A las cinco
infracciones será expulsada una semana, tiene suerte de que esta no cuente todavía.-
Mi madre me miró seriamente y agaché la cabeza. Acto seguido la señora
Demetriou continuó- para el tema de los uniformes tienen que ir a mirar las
tallas a esta dirección- nos tendió un papel- el segundo bimestre empieza el
lunes que viene, hasta entonces tienen tiempo. Y yo ya no tengo nada más que
decirles. ¿Tienen alguna pregunta?
- Nada más.
- Entonces hasta
pronto- se levantó de la silla y nos acompañó a la puerta del despacho- si
tienen algún problema o duda, aquí me pueden encontrar. Señora Sánchez- inclinó
la cabeza tendiéndole la mano a mi madre, después repitió el mismo proceso con
mi hermano y por último conmigo mirándome no muy amigablemente.
Salimos de ahí,
recorrimos un largo pasillo hasta la entrada del instituto, había muchos pasillos
que se cruzaban, escaleras, puertas y más puertas.
Seguro que me
pierdo, esto es inmenso, y solo he visto una pequeña parte, pensé.
Volvimos a coger
el bus que paraba en frente de la escuela y volvimos a casa, había una parada
cerca, creo que un poco de suerte no me venía nada mal.
Después de comer,
demasiado pronto para mí gusto, pero habría que acostumbrarse a los horarios
ingleses, fui a mi habitación y me tumbé en mi cama con el iPod y miré el
móvil, Niall me había mandado un Whatsapp.
"¿Qué tal te
ha ido la mañana? No muy entretenida, seguro. Tranquila que yo te arreglo el
día :)"
Le respondí:
"Ya tengo
ganas de que llegues, voy a imprimir unos cuantos currículos"
Me levanté y fui
hacia el despacho. El ordenador y la impresora estaban ya enchufados e
instalados desde hacía unas horas. Volví a mi habitación a coger el USB y el
móvil que había dejado, Niall había respondido.
"Yo también
tengo ganas de verte, me estoy aburriendo un poco, aunque con estos cuatro no
suele pasar a menudo"
"Jajajaja
estoy segura de que no :)"
Hice unas cuantas
copias del currículum y bajé al salón donde estaba mi hermano tumbado en el
sofá viendo una película.
Mis padres se
habían ido a una entrevista con su nuevo director, al fin lo conocerían después
de tantas llamadas y correos. Ese hombre era el culpable de que yo tuviera que
rehacer mi vida. Al instante sentí que ya lo odiaba.
A las cuatro en
punto estaba saliendo de casa, despidiéndome de mi hermano el cual se había
quedado dormido en el sofá. Revisé que lo llevara todo, el bolso, los papeles,
las llaves, el iPod y el móvil. Me había vestido con una camisa de color
blanco, unos tejanos y unos zapatos un poco elevados, me puse la chaqueta y
apliqué un poco de pinta labios rosa claro, mirándome en el espejo de la
entrada, y salí a la calle. Niall me esperaba apoyado en el coche negro, me
abrió la puerta del copiloto y se dirigió a la suya, até mi cinturón y nos
pusimos en marcha.
Eran las siete y
media, estábamos en un Starbucks. Habíamos recorrido buena parte de piscinas,
gimnasios, varios centros deportivos y ya habíamos terminado.
Terminé mi Frapuccino
mientras charlábamos. La tarde había estado estupenda. Estuvimos por un parque
del cual no recuerdo el nombre para descansar un rato antes de volver a coger
el coche para ir a otro lado, Niall conducía, atento a la carretera, se le veía
feliz, íbamos hablando de trivialidades, su vida, mi vida, etc.
Pero yo ahora
estaba un poco preocupada, no me habían llamado de ninguna piscina, vale,
seguramente era excesivamente pronto, pero yo tenía ganas de que la llamada
llegara ya.
- Eh, ¿qué
sucede?- me preguntó Niall sacándome de mis pensamientos.
- ¿Y si nadie
llama?
- Entonces... Te
contrataremos nosotros como diseñadora de vestuario.
Echamos a reír
los dos, en ese momento mi móvil empezó a sonar. Impaciente empecé a buscar en
el bolso, ¿dónde estaba?, empecé a sacar cosas y más cosas, pero el móvil no
aparecía, hasta que me di cuenta de que lo llevaba en el bolsillo del pantalón.
Lo saqué y descolgué mientras Niall se reía de mí y yo le sacaba la lengua a
modo de burla.
- Irene Sánchez-
respondí.
"Irene"
- Ah, hola mamá-
mi felicidad se fue de pronto, Niall seguía riendo, esta vez con más fuerza, le
indiqué con la mirada que callara, pero siguió riendo. Me gustaba su risa, era
contagiosa, pero tuve que reprimir las ganas de reír.
"Tu
padre y yo vamos a una cena con la empresa, no sé cuando volveremos,
seguramente tarde, hazle la cena a tu hermano y no vuelvas muy tarde a
casa."
- De acuerdo
mamá. Divertiros. Te quiero.
"Un
beso"
Colgué y miré a
Niall, ya había parado de reír y me miraba interrogante levantando la vista de
su móvil.
- Mi madre y mi
padre se van a una cena con la empresa, tengo que volver a casa a prepararle la
cena a mi hermano si no queremos que se incendie la casa. Deberíamos volver ya,
lo siento.
- No te
preocupes, vamos, los chicos están en casa de Sonny y Nico.
- ¿Sonny es el
novio de Nico?- pregunté.
- No- dijo Niall
volviendo a reír- es su hermano.
- Ah, vale…
genial… pues… de esto, ¿vamos?
Más tarde estábamos
en casa, entré y Niall me siguió.
- Enano, estoy en
casa- grité. No obtuve respuesta.- ¿Dónde se habrá metido esta vez?-
mascullé.
Subí a su
habitación, pero ahí no estaba, Niall me seguía.
- ¿Puedes bajar y
mirar si está en el jardín?
- Claro
Mientras Niall
bajaba, miré en el despacho, nada. En las dos habitaciones del piso de arriba
no estaba, tampoco en el baño.
¿Dónde coño se
había metido el tonto ese? Bajé y me encontré a Niall en el salón.
- Nada, aquí no
está, ni en la cocina ni en el jardín.
- Joder, ¿dónde está?-
empezaba a preocuparme, saqué el móvil del bolsillo y marqué su número. Su tono
de llamada sonó cerca. Niall se agachó hacia el sofá y sacó su móvil de entre
los cojines.
- Mierda, mierda
y más mierda. ¿Qué le digo ahora a mi madre? Hola mamá, nada que mi hermano ha
desaparecido, si, el segundo día de estar aquí.
- Eh,
tranquilízate, lo encontraremos- me animó Niall abrazándome.
- ¿Dónde puede
haber ido? ¿Y si lo han secuestrado?
- Irene, cálmate,
tiene casi dieciocho años, puede arreglárselas solo, debe haber salido a dar
una vuelta, ya volverá. Déjale una nota en la entrada y vámonos allá delante
que están los chicos y Nico.
- De acuerdo- me
intenté convencer de sus palabras, pero mi intuición me decía que algo iba
mal.
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Hola aquí vuelvo a estar yo @LiaLouHaZaNia con el tercer capítulo, espero que os haya gustado. ¿Que os parece la nove? ¿Que ha pasado con Fran? Lo sabréis en el próximo capítulo, quizás soy buena persona y lo subo el viernes para que no esperéis demasiado jajaja
Este capitulo ha sido un poco aburrido y con cambios de última hora porque he tenido algunos problemas con las edades y los apellidos, si os contara tendría para rato y no quiero aburriros. Así que me despido ya, el siguiente será más emocionante ya veréis.
Espero vuestros comentarios por aquí, Twitter, Tuenti, Facebook o Ask (como siempre, en el apartado de CONTACTO). Y si queréis que os avise cuando suba los siguientes, solo decírmelo y os apunto a la lista :)
Adioos