viernes, 31 de mayo de 2013

Capítulo 12

En el capítulo anterior...

Nos sentamos las cuatro y empezamos a charlar hasta que tres chicos se nos unieron. Se sentaron dos a cada uno de mis lados y el otro en frente de mí entre Eve y Ándrea. La mesa era grande, aún cabía un par o tres de personas más. 
- Soy Charlie- dijo el chico de mi derecha- siento haberte intentado hacer que te tropezaras antes- era pelirrojo y sus ojos eran de color azul.
- No pasa nada- contesté recordándole en clase esa mañana.
- Soy Erik- me dijo el chico rubio de ojos castaños de mí izquierda- encantado- y me dio dos besos en las mejillas. 
- Irene, igualmente. 
- Así que tu eres la famosa chica española, que viene misteriosamente a medio curso- dijo el chico que tenía en frente. Su piel era oscura igual que su pelo muy rizado y sus ojos castaños- Me llamo Mike.
- Soy Irene, la chica misteriosa. 
Todos rieron ante mi comentario. Luego empezaron a hacerme preguntas sobre mi vida mientras comíamos. 


Al salir de clase me encontré a mi hermano en las escaleras de la entrada con unos amigos. Me dirigí hacia allí mientras me despedía de Ashley. 

- Hola-  les saludé. 
- Mira a quien tenemos aquí, a mi hermanita la popular. 
- No sé de qué me hablas- contesté sinceramente. 
- Da igual, que, yo me voy con ellos hacia casa, así que no te preocupes por mí. 
- Vale, pues entonces nos veremos más tarde. Por cierto ¿no vas a presentarme a tus amigos?
- Si tanta ilusión te hace él es Stephan y él James- me dijo señalando a los dos chicos idénticos, una mancha de nacimiento en un lado del cuello les diferenciaba, James la tenía en el costado izquierdo mientras que Step en el derecho. Ambos tenían el pelo de color rubio platino y los ojos azules. 
- Encantada, soy Irene. 
- Lo sabemos- respondió James. 
- Nosotros nos vamos ya- dijo Step- nos vemos mañana. 
- Adiós, hasta mañana. 
- Y suerte- me dijo mi hermano sabiendo a donde iba- por cierto, te esperan. 

Yo tenía pensado coger el metro hasta la parada que había visto por ahí, pero mis planes cambiaron al ver a un chico rubio con unas gafas de sol negras con un coche negro con los cristales tintados que me indicaba que fuera.
- No me gustan estas gafas de sol- fue lo primero que le dije. 
- ¿Por qué?- preguntó él entristeciéndose. 
- Tapan tus hermosos ojos azules. 
- Serás tonta. Las necesito para pasar desapercibido. 
- Pues con este cochazo y estando aquí parado luciendo tan sexy no es que pases muy desapercibido. Pero bueno, ¿qué haces aquí?
- He venido a buscarte para llevarte a tu entrevista de trabajo. 
- ¿Y cómo sabías tu que yo iba aquí y que era hoy la entrevista?
- Me lo dijiste tú. 
- Xof- nos reímos- pues ni me acordaba. Y mucho menos te esperaba. 
- Si quieres me voy eh. 
- No, no. No quiero volver a perderme. 
- Pues venga, sube al coche que te llevo. 
- Muchas gracias Niall, aunque no hacía falta que te tomaras la molestia. 
- No tenía nada más que hacer. Además tengo algo que decirte- dijo cuando subimos al coche y arrancó- pero ya te lo diré luego. ¿Qué tal ha ido tu primer día?
- Pues la verdad es que muchísimo mejor de lo que esperaba. 
Acto seguido empecé a relatarle todo lo sucedido con Ashley, Ándrea, Eve, Sarah y los chicos. 
Ashley me había parecido una chica súper divertida y alegre, aunque muchas veces era muy tímida, sobre todo con Ándrea delante. Pero la rubia me había caído muy bien, además había sido muy amable por su parte acompañarme hasta dibujo y se había sentado conmigo sin que yo se lo preguntara. Me habían parecido muy amables todos. Creo que podría acostumbrarme, aunque había echado de menos a mis amigas de España, con ellas tenía mucha más confianza y hacíamos muchas locuras, además de inventarnos millones de paranoias ya fuera de pelis, libros, etc.

- Bueno señorita hemos llegado a su destino- dijo Niall después de un rato- ¿ves esa parada de bus de allí?- asentí- si coges ese que viene por allí - señaló un autobús rojo de dos pisos que estaba doblando una esquina- solo tendrás unas doce paradas, si no lo he mirado mal, hasta llegar cerca de tu casa. 
- Entonces me va perfecto. Gracias Niall. 
- Pero hoy te acompañaré yo con el coche, haremos la misma ruta y luego te mostraré el camino de la parada a tu casa, ¿te parece?
- Sería perfecto, no quiero perderme la verdad- nos reímos- bueno, yo entro, ¿qué harás tu mientras?
- Tengo algo que hacer por aquí, luego estaré en la cafetería de ahí adelante. 
- Entonces nos vemos luego. 
Él sacó el coche del aparcamiento del gimnasio y yo entré en el edificio. En recepción había una chica rubia que al verme me indicó que fuera. 
- Tú debes ser la chica que venía a la entrevista. Pasa por aquél pasillo al fondo, te están esperando. 
- Muchas gracias. 
Me dirigí hacia allí mientras mis nervios empezaban a aparecer, estar con Niall me había sacado muchos pensamientos de la cabeza, pero ahora esos volvían de golpe, como muchas flechas que apuntaban hacia mí, haciendo que empezara a temblar un poco. 

Entré en el despacho y una mujer unos diez años mayor que yo me saludó animosamente. Estuvimos hablando sobre mi experiencia, sobre mi sueldo, los horarios, etc. 
Finalmente, me hizo una especie de prueba en la piscina, además me hizo repetir algunas de las pruebas físicas que se tenía que pasar para conseguir el título de socorrista. 

- Pues me parece que hemos encontrado a la persona ideal- me dijo cuando ya volvíamos a estar en su despacho, yo me había cambiado y guardado mi bañador en la mochila como había hecho antes y me había puesto la ropa de calle de nuevo- Necesitábamos a alguien que hiciera de socorrista por las tardes porque el chico que hacía mañanas y tardes ya no puede venir a estas horas. Además la entrenadora de natación tuvo ayer un accidente de coche y bueno no podrá venir en bastante tiempo. Nos has venido como el anillo al dedo, si no tendríamos que haber buscado a alguien corriendo. Si estás de acuerdo con todo, aquí tienes que firmar. 
Leí rápidamente el documento y acto seguido lo firmé con letra firme y segura. 
- Perfecto, pues el miércoles es tu primer día, de momento mañana no hace falta que vengas. Aquí tienes la hoja con los horarios. Y si me acompañas un momento te daré el bañador y la equipación del club. Puedes usar las instalaciones cuando quieras. En el piso de arriba hay el gimnasio de máquinas y en el piso de abajo hay algunas salas de ballet, también hacen aerobic y también se hace gimnasia artística y rítmica y la piscina ya la has visto, por aquí recto, la sauna también está ahí. 
- Perfecto.
- Entonces, nos vemos el miércoles, te espero aquí a la hora, y te acompaño con los chicos a los que tienes que entrenar.
- Aquí estaré. Muchísimas gracias. 
- Gracias a ti. 
Estrechamos las manos y salí del despacho más feliz que nunca. Tenía ganas de empezar a correr, saltar, hacer un doble mortal hacia adelante por el largo pasillo, pero me contuve. 
Cuando salí fuera vi que Niall justo llegaba con el coche y salía de él. 
- ¡Niiiiiaaall!- grité mientras corría hacia él y saltaba a abrazarlo. 
- Felicidades pececillo- dijo correspondiendo a mi abrazo. Luego me dio un sonoro beso en la mejilla. Y en ese momento, un par de flashes se encendieron a mi lado, y supe que eso no era bueno.- Vamos Iri, entra al coche. 
Nos apresuramos a salir de allí mientras un hombre con una cámara nos seguía. Al final le perdimos de vista. 
- ¿Te llevo a casa?- me preguntó Niall serio. 
- Si, por favor. ¿Qué te pasa?
- No quería meterte en todo esto, pero supongo que los paparazis son imposibles de evitar. Y me jode mucho, porque yo quería tener una tarde tranquila contigo y no ha podido ser. A veces odio esto de ser famoso. Hay veces que, cuando estamos rodeados de fans que nos chillan y presionan, con flashes encendiéndose y apagándose, que desearía no haber ido nunca a The X Factor. 
- Pero Niall, ese era tu sueño. Ese ha sido tu sueño, miraos ahora, estas viviendo algo inimaginable. No me importa lo de los paparazis. Me gusta pasar las tardes contigo y más si eso te hace feliz. No me importa, de verdad, no te preocupes por eso. 

Y cuando terminé de hablar, estábamos parados en un semáforo, Niall me miraba, yo me había acercado a él inconscientemente. Entonces se acercó para depositar un suave beso en mi mejilla. 
- Eres genial, ¿lo sabías?
- Eso me han dicho- dije yo vanidosamente haciendo que los dos nos riéramos. 
Llegamos a su casa al final, entre risas y más risas, estacionó el coche detrás del de Harry. Entramos y encontramos a Zayn y el rizos mirando la tele. 
Niall y yo fuimos al porche trasero donde había un par de sillones de esos que se que se mecían hacia delante y hacia atrás. Después de hacer el tonto con ellos, más de una vez casi cayendo al suelo, Niall juntó su sillón con el mío. 
- Irene...
- Dime. 
- ¿Recuerdas que antes te dije que tenía que decirte algo?
- Si, ¿que ibas a decirme?
- No es que sea muy importante, bueno, sí que lo es. Es que... En nada nuestra gira continúa fuera de Reino Unido, vamos a estar volteando por el resto del mundo, y vamos a estar alejados un buen tiempo. Pero te llamaré, te lo prometo.
- Oh... Niall... No te preocupes, ya sabía que en algún momento u otro os tendríais que ir. No te preocupes, ahora estaré ocupada, entre la uni y la piscina, no tendré tiempo para aburrirme. No digo que no os vaya a necesitar, os echaré de menos. ¿Cuándo os vais?
- El miércoles, volveremos en mayo más o menos. 
- Pues aquí estaré esperándoos. 

- Gracias, por comprendernos. Gracias por hacer geniales mis tardes aburridas. Gracias por ser como eres Irene- Niall se había ido acercando más y más a mí hasta que solo unos centímetros nos separaban- Pero antes de irnos quiero hacer una cosa...

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Chan, chan chaaaaan... jajajajaja ¿Que quiere hacer Niall? ¿Que va a pasar? Se aceptan opiniones. ¿Que os parece la nove? Ahora empieza a ponerse interesante, y aún no ha llegado lo mejor o lo peor. Ahora los chicos se van, pero no os preocupéis que volverán prontito, de noviembre a mayo no hay tanto, pensadlo, hace nada estábamos empezando el curso y estamos ya acabando jajajaja además muchos meses se van a saltar así que...  Solo tengo que deciros que esto no ha sido nada, ya veréis el siguiente ya... el lunes lo cuelgo para no haceros esperar demasiado :)
Se os quiere. Besos.

martes, 28 de mayo de 2013

Capítulo 11

En el capitulo anterior...

Y al fin llegó el día en que tuve que estrenar el uniforme, en parte me hacía ilusión, siempre había querido llevar uniforme como en las pelis, pero por otra parte, eso quería decir que empezaba las clases en la universidad y que tendría que aprender a ubicarme por ahí dentro, y que no conocería a nadie para que me guiara, en general, no conocería a nadie, y eso era lo que más me asustaba en ese momento. 


Me puse el uniforme con unas medias largas pues hacía frío, la camisa por fuera y me até un cinturón que colgaba de mis caderas, además le di otro toque personal al uniforme atando un pañuelo de color blanco encima de la manga izquierda de la chaqueta. Cuando terminé de peinar mi pelo castaño liso bajé a desayunar.
Ahí estaba Fran con su uniforme y la corbata desatada colgando a ambos lados de su cuello, a decir verdad, el azul marino le quedaba fenomenal, y para que mentir, mi hermano era guapo y según mis amigas estaba "de toma pan y moja" además había heredado los ojos avellana de mi padre y con la piel un poco morena, y el uniforme, se veía sexy.
Nos quedamos mirando, revisándonos el uno al otro, eso del uniforme era nuevo para nosotros. En España nunca habíamos tenido una forma fija de vestir. Acto seguido nos miramos ambos al cuello y empezamos a reírnos, mi corbata estaba igual, desatada, no había conseguido atármela, y eso que había pensado en ver algún video o algo, pero se había quedado en la intención.   
- Quiero hacer un trato contigo- me dijo de repente. 
- Uy, siempre que hago un trato contigo tengo las de perder.
- Esta vez no, te lo prometo, los dos ganamos. 
- Haber, cuenta y decido si hay trato. 
- Yo te ato la corbata a cambio de que tú me ates la mía, no hay truco. 
- ¿Seguro, no me vas a ahogar?
- No sería buena idea, entonces me quedaría sin nadie que me atara la corbata a mí el resto de los días. 
- Buen punto. Entonces, trato hecho- le dije estrechando la mano que me tendía. 


Un cuarto de hora más tarde salíamos toda la familia de casa hacia el nuevo coche que habíamos comprado días antes. Mi padre conducía y yo iba nerviosa en el asiento trasero al lado de mi hermano que parecía demasiado tranquilo. Él era muy abierto mientras que yo era muy tímida. 
No tendría a Sandra, una de mis amigas españolas, sin una pizca de vergüenza. Pero ahora no era momento de pensar en eso. Ellas me habían abandonado, aunque yo fuera la que me hubiera ido. Durante esa semana y media de vacaciones no había recibido noticias de ellas, y eso que me había conectado al Facebook varias veces y tenía el Whatsapp, pero nada, yo ya no existía. Lo peor de eso era que no era la primera vez que alguien en quien confiaba mucho me dejaba de lado, pero por suerte eso quería decir que sabía cómo remediarlo. Olvidando. Iba a empezar una nueva vida aquí, la antigua Irene desaparecería, mi vergüenza desaparecería, aquí nadie me conocía así que podría ser quien yo quisiera, dejaría de ser un ratón de biblioteca, aunque eso no implicaría dejar de leer fabulosos libros...
Pero Fran me sacó de mis pensamientos diciéndome que ya habíamos llegado, y todos esos pensamientos positivos se desvanecieron cuando el miedo a perderme volvió a mí.

Fran y yo cogimos nuestras mochilas del asiento del medio y, a ordenes de mi madre, nos dirigimos los dos entre la masa de alumnos, yo guiada por mi hermano, hasta el despacho de la directora. 
- Buenos días chicos. Aquí tenéis vuestros horarios. Antes de llevaros a vuestras clases, voy a mostraros vuestras taquillas para que podáis dejar los libros en ellas. Seguidme por favor.- nos abrió la puerta por la que habíamos entrado momentos antes y salimos siguiéndola.
Vimos a la gente que se saludaba después de haber pasado una semana de vacaciones. Muchos se nos quedaban mirando y cuchicheaban entre ellos mientras íbamos detrás de la directora y se apartaban de su paso. Subimos un piso y le mostró la taquilla a mi hermano y le dejó en la que iba a ser su nueva clase. 
Me despedí de él mientras los alumnos empezaban a entrar a sus aulas. Seguí a la directora hacia el otro lado del pasillo y subimos un piso, fuimos recorriendo dos pasillos más hasta que se paró delante de una fila de taquillas. 
- Mmmm...- dijo mientras miraba un papel- 3510, esta es la tuya, la combinación es 34, 28, apuntaló en algún sitio no se te vaya a olvidar- saqué mi móvil y lo apunté en una nota- vale, pero si recuerdas las normas de la semana pasada, no se puede sacar el móvil en clase. 
- Lo siento. 
- Bueno, y ahora hacia clase- cruzamos el pasillo y llegamos al fin a la clase. Ya no sabía como habíamos llegado hasta allí. Ya tenía mi primer problema, y bien seguro que no sería el único.
- Delante- me indicó la directora- Phil- llamó al hombre que se encontraba delante de la pizarra- es la chica nueva, aquí te la dejo, ya tiene los horarios y los libros. Señorita Sánchez, que termine de pasar un buen día- dijo girándose hacia mí que aún estaba en la puerta. Le abrí el paso y cuando pasó por mi lado se acercó a mi oreja y me susurró sin que nadie lo oyera- mañana no quiero verla con esos cambios en el uniforme. 
Me estremecí y ella se fue con la cabeza alta y haciendo resonar los tacones de los zapatos por los pasillos silenciosos. 
- Adelante, no te quedes en la puerta- me dijo el profesor mientras yo miraba curiosamente la clase.- Soy el profesor Andews, Phil Andews
Todos los ojos estaban clavados en mí. Unas chicas cuchicheaban entre ellas, algunos chicos se daban codazos mientras me miraban de una forma un poco grosera. 
- ¿Cómo te llamas?- me sacó de mis pensamientos. 
- Sánchez, Irene Sánchez. 
- Muy bien Irene, ¿podrías presentarte un poco a la clase? 
- Claro...- respondí sin saber muy bien que decir.
Todo el mundo me miraba en silencio esperando a que hablara. Sentí que me sonrojaba y eso aún era peor. Pero entonces recordé lo que había pensado en el coche alcé la mirada del suelo y con la cabeza bien alta me dirigí a la clase donde debería haber entre veinte y treinta alumnos.
- Me llamo Irene- "eso ya lo sabemos" dijo alguien de la última fila- tengo diecinueve años y soy Española- oí que un chico susurraba "mmm... Española" con un tono poco correcto pero no le hice caso- me acabo de mudar aquí a Inglaterra y estudio diseño- "Como todos los de esta clase" oí que recriminaba una chica- y, bueno, no sé que más contar- miré al profesor que miraba severamente a la chica del comentario. Acto seguido se volteó hacia mí con una sonrisa animosa. 
- Muchas gracias Irene. Puedes sentarte en esa mesa de ahí vacía. 
Me dirigí hacia allí pasando por al lado de un chico que intentó hacerme tropezar poniendo el pie en medio de mi camino pero lo salté con naturalidad hasta mi nuevo sitio. 
A mi lado había una chica con una sonrisa radiante. Tenía el pelo de color castaño oscuro y liso, largo hasta la mitad de la espalda. Sus ojos eran claros, de un tono marrón verdoso. Al momento de verla con esa sonrisa dándome ánimos ya me pareció simpática, más que algunos de la clase seguro.
- Hola, soy Ashley- me dijo bajito. 
- Irene- le devolví la sonrisa. 
- Lo sé, lo has dicho antes un par de veces. 
- Puede ser- me reí bajito. 
- Los nervios te han jugado una mala pasada, suele pasar. Tú no te preocupes. 
- Bueno chicas, ya, silencio, empezamos con la clase. 
Saqué mis libros de matemáticas y presté atención a lo que Phil explicaba y, lo que él apuntaba en la pizarra, yo lo plasmaba en mi libreta, anotando algunas pequeñas cosas en españolen los márgenes para aclararme. 
La clase terminó relativamente rápido, la verdad es que habíamos perdido bastante tiempo al principio. 
Guardé las cosas en mi mochila mientras miraba el horario, me tocaba dibujo en un taller de arte, y no era en esa clase.
- Puedo acompañarte si quieres- oí a Ashley decir a mi lado. 
- ¿Tú tienes que ir también?
- No, a mi me toca en la hora siguiente, que a ti te toca lengua. Ahora me toca lengua a mí aquí. 
- Entonces mejor no te preocupes, ya me encontraré. 
- ¿Irene? ¿Así te llamas?- me preguntó una rubia detrás de mí. 
- Si, exacto. 
- Ven, nosotras vamos al taller y te llevamos. 
- Ah vale, perfecto- les agradecí viendo a Ashley bajar la mirada y mirar hacia la mesa. 
- Vamos- me indicó la rubia- adiós enana- se despidió de Ashley groseramente. Luego tendría que preguntarle porqué.- Por cierto, me llamo Ándrea, estas son Eve y Sarah- señaló a sus amigas, ambas rubias, una con el pelo liso como ella pero cortito y la otra de pelo rizado. Ándrea tenía los ojos azules, la que me indicó que se llamaba Eve los tenía muy oscuros y Sarah los tenía verdes. 
- Sabes Irene, nos has caído muy bien- empezó diciendo Ándrea- me gustan los cambios que le has hecho al uniforme. 
- La directora no los permite. 
- Bah, tonterías, eres libre de ponerte lo que quieras. 
Yo simplemente asentí con la cabeza mientras veía que la gente les abría paso a esas tres chicas que iban conmigo, algunos nos miraban y cuchicheaban. Yo no entendía porqué pero me dio igual, eran simpáticas, al fin y al cabo se habían ofrecido voluntarias sin que nadie les dijera nada para acompañarme a la siguiente clase. 
Pasamos por delante de la clase de mi hermano y le vi sentado sobre una mesa cerca de la puerta conversando animadamente con dos chicos. Se giró y me vio, yo me paré y le hice un señal con el puño cerrado y levantando el dedo pulgar, indicándole que me alegraba de que hubiera hecho amigos. Él me guiñó el ojo como respuesta y yo seguí a las chicas que se alejaban mientras los chicos que acompañaban a Fran empezaban a decirle algo.
Andaban con la cabeza alta, las tres eran casi de la misma altura, un poco más altas que yo me fijé. 
- Venga vamos- me dijo Eve girándose- no querrás llegar tarde. 
- Ya voy, ya voy. 
Llegamos a la clase y me senté con Ándrea pues esta no había querido compartir asiento con ninguna de sus dos amigas las cuales se sentaron juntas. 
La clase de dibujo fue entretenida con Ándrea, siempre me había gustado dibujar. Nos hicieron dibujar un conjunto de ropa sin ningún criterio a seguir. En ese momento no tenía demasiada imaginación así que empecé a dibujar los uniformes de los chicos. Y como me sobró tiempo, dibujé lo que yo llevaba. 
- Me gusta como dibujas- comentó Ándrea mirando mi dibujo- pero sabes, creo que las medias estas sobran, no quedan bien con el uniforme.
- Es que hace frío
- Te acostumbrarás. Aquí hace más frío que en España, en un par de meses ya no lo notarás. Hasta entonces, cambia estas medias horribles por unas de color carne, el color este oscuro no pega con el uniforme. 
- Pues voy a tener que irme a comprar unas medias porque creo que no tengo ningunas así- le respondí mientras me disponía a borrar el gris de las piernas y las pinté de color carne.
- Si, mejor. Podríamos ir esta tarde de compras. 
- Esta tarde no puedo, tengo una entrevista de trabajo. 
- ¿Trabajas? 
- Bueno, no todavía, estoy en busca de trabajo en una piscina que hay por aquí cerca. 
- Puff trabajo, son ganas de trabajar. 
- Tengo que ayudar en casa de alguna forma, y así ya voy consiguiendo dinero. 
- Pobrecilla. A mí no me hace falta, mi padre es el dueño de una gran multinacional de ropa. Tiene tiendas por todo el mundo, en España también así que seguro que te suena. Algunos de los diseños los he hecho yo, en mi casa tengo un taller con pinturas, colores, telas, maniquís… 

Estuvimos hablando hasta que la profesora nos hizo callar, y después salimos las dos del taller de dibujo y volvimos a nuestro piso. Me separé de ellas y me encaminé a mi taquilla, era la hora del almuerzo y los pasillos volvían a estar llenos. 
- Ei, ¡Irene!- oí que alguien me llamaba. Era Ashley, se encontraba dos taquillas a mi derecha. Dejé los libros, cogí mi bocadillo y me dirigí hacia ella.- ¿Quieres que te muestre todo esto?, así no tendrás que volver a guiarte por esas. 
- Me han caído bien, son simpáticas. 
- No lo creas- comentó- ¿Vienes a dar una vuelta y te lo muestro?
- Si, sería genial, no sé cómo se sale de aquí- nos reímos. 
- Eh, española- oí a Eve que se acercaba- ¿te vienes con nosotras a la cafetería?
- Voy a ir a que Ashley me guíe por todo esto. 
- Tú verás- luego dio media vuelta ondeando su pelo y se fue con Sarah y Ándrea.


Ashley y yo estuvimos la media hora dando vueltas por los pisos que estaban casi vacíos. Me mostró las otras clases que haríamos fuera de la nuestra, exceptuando dibujo pues ya habíamos estado. 
Después nos dirigimos al gimnasio, pero estaba cerrado y no pudimos entrar. Me dijo que las clases de gimnasia si llovía se hacían ahí dentro, pero si no, se hacían fuera. Y allí es donde nos dirigimos. 
Fuera había un gran jardín con césped bien cuidado, personas tumbadas en él aprovechando que ese día no llovía, también había varios árboles y bancos de madera. Había un campo de fútbol donde algunos chicos jugaban y otros estaban en la cancha de baloncesto. Además había un lago rodeado por vallas blancas. 

Cuando sonó la campana todos nos dirigimos de nuevo a nuestras clases. Ash se dirigió a dibujo y yo me uní a Ándrea, Eve y Sarah que salían de la cafetería con un par de chicos para ir a nuestra siguiente clase. Las horas hasta el medio día para comer se me hicieron entretenidas. Lengua la pasé con Ándrea y las otras dos con Ashley. 

- ¿Te vienes con nosotras a comer?- me preguntó Ándrea cuando salíamos de clase. 
- Claro, no le veo ningún inconveniente. ¿Ash, te vienes?- le pregunté a mi amiga. 
- No, gracias- dijo, y se encaminó hacia otro lado. 
Yo bajé con las chicas a la cafetería cogimos la comida y las seguí a una mesa muy decididas. 
- Eh vosotras- dijo Sarah a unas chicas dos años menores que nosotras- esta es nuestra mesa, largo. 
- Es que no hay más- respondió con miedo una de ellas. 
- Ha dicho que fuera- dijo Eve- esta ha sido, es y será nuestra mesa hasta que nos vayamos de aquí. 
Las dos chicas se levantaron de golpe asustadas y se fueron a buscar otro sitio. No entendí porqué reaccionaron así, si siempre habían ocupado esa mesa desde que estaban en ese instituto, eran ganas de sentarse ahí sabiendo que les echarían. 
Después de eso nos sentamos las cuatro y empezamos a charlar hasta que tres chicos se nos unieron. Se sentaron dos a cada uno de mis lados y el otro en frente de mí entre Eve y Ándrea. La mesa era grande, aún cabía un par o tres de personas más. 
- Soy Charlie- dijo el chico de mi derecha- siento haberte intentado hacer que te tropezaras antes- era pelirrojo y sus ojos eran de color azul.
- No pasa nada- contesté recordándole en clase esa mañana.
- Soy Erik- me dijo el chico rubio de ojos castaños de mí izquierda- encantado- y me dio dos besos en las mejillas. 
- Irene, igualmente. 
- Así que tu eres la famosa chica española, que viene misteriosamente a medio curso- dijo el chico que tenía en frente. Su piel era oscura igual que su pelo muy rizado y sus ojos castaños- Me llamo Mike.
- Soy Irene, la chica misteriosa. 
Todos rieron ante mi comentario. Luego empezaron a hacerme preguntas sobre mi vida mientras comíamos. 



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Hoy capítulo largo a cambio de que a algunos os dije que lo colgaría ayer y no me acordé al final de hacerlo y también, porque HEMOS LLEGADO A LAS 1000 VISITAS muchísimas gracias a todos :)
Espero que os haya gustado el capitulo y no se os haya hecho muy pesado, ¿que os parecen las nuevas amigas de Irene? ¿Porqué tratan Ándrea, Eve y Sarah así a Ashley? Ya se verá ya...

Además, este capitulo quiero dedicárselo a Kidrauhl Swag Jb que me ayudó con el personaje de Ashley y que yo tuve que "desmontárselo" un poco para poderlo adaptar a la nove.

Y además, ¡¡también hay foto!! Hoy toca la foto de los uniformes, se que no está demasiado bien y que son bastante diferentes y eso, pero los he tenido que retocar yo misma y cambiarles los colores y juntar cosas y bueno, pues este es el resultado a ver que os parece :)


viernes, 24 de mayo de 2013

Capítulo 10

En el capítulo anterior...

- Es muy importante que sigáis bien lo que os he indicado antes, nada de inclinarse hacia delante, debéis permanecer con la espalda en la pared hasta que la atracción pare. Lo que sí que podéis es no agarraros a las barras de los costados, allá vosotros. Los cinturones, la verdad es que no hacen mucho, pero en realidad son innecesarios. Bueno, creo que no me dejo nada.- El chico se dirigió a la puerta por donde habíamos entrado- ah sí, ¿hay alguien que lleve zapatos sueltos? Si es así, sacároslos  y dejadlos aquí fuera- salió por el agujero seguido de Zayn, Niall, Sam y Jack, el resto llevábamos converse o zapatos bien atados.
Aunque no fue hasta que la atracción se puso en marcha cuando todos estuvieron en sus sitios con el cinturón atado que entendí el problema que tenían los zapatos. 
La atracción empezó a girar sobre si misma haciendo que quedáramos pegados a la pared, solté las manos retando a Fran que se encontraba justo al otro lado del cilindro. Sentí como la placa amarilla de mi espalda se movía levantándome a medio metro del suelo. 
Y de repente, cuando la atracción alcanzó su máxima velocidad, el suelo se partió en dos y se abrió hacia abajo dejándonos ver a unos diez metros una piscina con lo que parecían cocodrilos. 




Al ver que todos se habían soltado, incluso Irene también lo había hecho, me solté yo también y aproveché para apartarme uno de mis rulos rubios que se había puesto en mi cara. 

Pero justo en ese momento, el suelo se abrió dejándonos ver metros más abajo una piscina con cocodrilos. Miré al resto y vi como todos nos agarrábamos de golpe a nuestras respectivas barras mientras hacíamos fuerza hacia atrás para zafarnos más a la atracción por si a esa velocidad y con esa fuerza que nos tiraba hacia atrás no era suficiente. 
Miré hacia abajo y vi mis pies flotando en el aire, pero más abajo, la boca abierta de un cocodrilo hizo que más que un sueño como el tipo de sueño en el que estás volando, eso se convirtiera en una pesadilla.
Poco a poco vimos como las compuertas del suelo volvían a su posición inicial. Las tablas que se sujetaban a nuestra espalda descendieron lentamente hasta que tocamos el suelo y poco a poco la atracción fue perdiendo velocidad hasta que paró.
Las caras de susto de algunos no se les quitaba. El chico apareció por la puerta y nos indicó que ya podíamos desabrocharnos los cinturones. Que sinceramente no servían de nada, porque si te escurrías, caías igual. Salimos de ahí, yo con cierta rapidez con miedo de que la trampilla volviera a abrirse. 
Los chicos cogieron sus zapatos y recorrimos el pasillo anterior para salir de ahí dentro. 
- ¿Os ha gustado?- nos preguntó el chico. 
- Sin duda, es emocionante- respondió Sam. 
- Yo he pensado que iba a morir- dijo Zayn- entre la altura y la piscina… 
- Ostras, ¿pero estás bien?- le preguntó Irene- ya nos podríais haber avisado de eso- se quejó al chico
- ¿Que gracia tendría la atracción si explicáramos a la gente lo que sucederá?
- ¿Pero no es peligroso?- preguntó Louis. 
- No, las placas que teníais a vuestra espalda tienen un coeficiente de fricción muy elevado, si a eso le añades la comúnmente llamada, fuerza centrífuga, no hay ningún peligro aparte de que se te caiga un zapato. 
- ¿Y cómo podéis aseguraros de que nadie se echa hacia delante, se separa de la pared y cae al agua con los cocodrilos?- pregunté recordando sus claras indicaciones del principio.
- Principalmente porque a esa velocidad es casi imposible separarse de la pared. En ese caso, la gente suele estar agarrada a las barras. Si no fuera suficiente, los cinturones de seguridad, os engancharían por los brazos. Y si siguiera cayendo, los cocodrilos son hologramas. 
- A mi me sigue pareciendo peligroso- dijo Irene- si caes mal puedes hacerte daño, lo digo por experiencia.
- Si el sensor de las placas detecta que alguien cae, se lanza una red a los cinco metros que cubre todo el agujero. Está todo muy perfeccionado, es cien por cien segura, de otro modo, no nos hubieran permitido montarla.

Después de eso nos quedamos más tranquilos. Nos despedimos del chico y como era ya tarde volvimos a cruzar el parque hasta la entrada.

Íbamos charlando yo y Louis al final del grupo cuando alguien tocó mi hombro. Volteé pensando que era una de las bromas de Louis, pero tras de mí me encontré al mismo Freddy Krueger de la atracción.
- Aaaaah- grité asustada mientras me abrazaba a Louis.
- Hola de nuevo preciosa- dijo él sin acercarse a nosotros que habíamos retrocedido unos pasos sin sacarle la visa de encima.
¡Espera! Me dije a mi misma. Esa camiseta de rayas verdes y rojas, esa voz… esas palabras groseras…
- ¿Tu eres el pesado ese de antes?- le grité separándome de Louis.
- El mismo, veo que me has reconocido- acto seguido sacó un pliegue de debajo del cuello de la camiseta de rayas y se sacó la máscara que llevaba y le cubría toda la cabeza- te dije que las cosas no acabarían como antes. Por eso he ido a por ti.
- Ah gracias, muy amable por tu parte la venganza.
- ¿Sabes que la venganza no es buena?- dijo Louis que no comprendía nada.
- Solo quería despedirme de la señorita, me ha hecho el día más entretenido. Gracias.
- Mmmmm, ¿de nada?- no sabía que responder, eso definitivamente no era normal.

Finalmente fuimos hasta casa y nos despedimos todos acordando que eso se tendría que repetir algún día. Lo habíamos pasado genial, sin duda, hacía tiempo que no me divertía tanto con alguien.

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- Fran me voy a dormir estoy súper cansada de hoy.
- ¿Que has hecho cuando estabais Niall, Zayn y tú los tres solos, eh pillina?
- ¿De verdad que quieres saberlo?- le respondí siguiéndole el juego.
- Claro que sí, me preocupo por tu seguridad, no quiero ser tío todavía.
- Que bestia eres por dios. Pues no puedo decírtelo, es contenido no apto para menores.
- Emm… Irene… no es que te quiera llevar la contraria ni nada… pero tengo dieciocho años.- hizo una pausa a la vez que su cara se torcía en una mueca de tristeza y me empezaba a gritar- ¡Lo ves, no me quieres, ni siquiera sabes cuantos años tengo, no me quieres, eres una mentirosa! ¡Te odio!
- Oh, venga ya, si sabes que te quiero mucho- le respondí mientras le aplastaba en un abrazo- si sabes que eres mi hermano favorito.
- ¿Será porque soy el único que tienes?
- Puede… puede…- y los dos nos empezamos a reír.
Y así nos encontraron nuestros padres llegando del trabajo. Se nos quedaron mirando extrañamente, como si algo raro sucediera. Y la verdad es que lo era. Llegar de trabajar y encontrarte a tus dos hijos que normalmente se pasan el día discutiendo, y ahora te los encuentras abrazados y riendo, definitivamente, no era normal.
- Chicos, mañana iremos a mirar lo de los uniformes- nos informó nuestra madre- así que no hagáis planes por la mañana. 

Y efectivamente, a las nueve de la mañana mi madre nos estaba llamando a mí y mi hermano para que nos despertáramos y fuéramos a desayunar. Se había pedido la mañana libre para poder ir con nosotros, como si no fuéramos mayorcitos. Pero si le hacía ilusión no podíamos discutírselo. 
A las diez salíamos de casa a buscar el "Underground" me reí sola de mis pensamientos, eso sonaba muy sofisticado. Mi madre y mi hermano me miraron de una forma extraña pero no les presté atención. 
Llegamos al fin a la tienda de la dirección después de preguntar un par de veces. Al entrar casi me pongo a reír de nuevo, parecía como la tienda de Madame Malkin, ojalá me apareciera por la puerta un Harry Potter, o un Ron Weasley, y para mi desgracia no pude evitar la risa, justo en el momento en que una mujer mayor aparecía detrás del mostrador. 
- ¡Irene! por favor compórtate, ¿se puede saber qué te pasa hoy?
- Lo siento mamá.
- Buenos días- habló la señora- ¿qué es lo que deseaban?
Mi madre se puso a relatar la historia de que nos habíamos trasladado, que empezábamos a medio curso y que necesitábamos los uniformes para la escuela. Después la señora se llevó a mi hermano hacia un pequeño vestuario y fue a la trastienda. Volvió minutos después con dos uniformes de color azul oscuro, uno de chica y el otro para Fran. Le tendió a Fran el suyo para que se lo probara y a mí me cogió del brazo con una fría mano y me llevó a la trastienda cerrando la puerta a su paso. 
- Bien, señorita...
- Sánchez. Irene Sánchez. 
- Pruébate primero la falda porque contigo no tenía claras las tallas. - ese comentario no supe si tomármelo a bien o a mal, ¿me estaba llamando gorda? Con una sonrisa en la cara cogí la falda que me tendía y me quedé esperando a que se marchara, pero la mujer seguía ahí. 
- Venga bonita, que no tenemos todo el día- dijo dándome a entender que me tendría que vestir delante de ella. 
Desabroché el botón de mis tejanos y los sustituí por esa falda lisa de color azul marino por un poco más arriba de las rodillas, con unos pliegues. Para finalizar, abroché los botones del costado. La mujer mientras tanto había ido a buscar una camisa de manga larga blanca con el símbolo de la escuela que ya había visto con anterioridad. Me la puse dejando mi camiseta y los pantalones en una silla. 
Abroché los últimos botones de la camisa mientras la mujer me tendía una chaqueta del mismo color que la falda, lisa igual. Me puse la chaqueta cuando la mujer me llamó la atención. 
- ¡No! La camisa va por dentro de la falda- exclamó colocándomelo ella sin ningún tipo de problema por el hecho de que casi me desnuda de nuevo- Así perfecto. Ahora solo falta la corbata, las medias y los zapatos. ¿Qué numero calzas, hermosa? ¿Treinta y seis?
- Treinta y ocho- respondí con cierto rubor en las mejillas. 
Me tendió un par de medias que llegaban hasta poco a bajo de mis rodillas, me calcé los zapatos negros que se ajustaron a la perfección a mis pies y me dispuse a ponerme la corbata. Mierda, sabía hacer el nudo de la corbata, pero no a mí misma. 
- Mejor déjalo, ya aprenderás- me dijo la señora terminando ella el nudo- abre los brazos- le hice caso- perfecto, da la vuelta lentamente. ¡Divina!- exclamó- como siempre, acierto con las tallas de cualquiera. Son muchos años en esto jovencita. 
Cuando salí fuera, mi madre estaba acabando de mirar cómo le sentaba el uniforme a mi hermano. Una chaqueta y unos pantalones largos y lisos del mismo color que mi falda, la corbata a conjunto y la camisa blanca con el escudo. 
- Me he olvidado tus zapatos tesoro- se lamentó la mujer al ver a mi hermano descalzo- ¿Cuarenta y dos?
- Si, por favor. 
- Disculpe- dijo mi madre llamando la atención de la señora- podría traerle una talla más de la chaqueta. Me parece que le queda un poco justa, y la camisa igual. 
- En mi opinión eso está bien, pero si usted quiere, ahora se lo busco para que se lo pruebe.

Un cuarto de hora más tarde salíamos con un montón de bosas con los uniformes para invierno, verano, que consistían en lo mismo que invierno pero con la camisa de manga corta y con el chándal de deporte, todo a conjunto y de los mismos colores, azul marino y blanco. I como no, no podía faltarles el símbolo de la escuela



Y al fin llegó el día en que tuve que estrenar el uniforme, en parte me hacía ilusión, siempre había querido llevar uniforme como en las pelis, pero por otra parte, eso quería decir que empezaba las clases en la universidad y que tendría que aprender a ubicarme por ahí dentro, y que no conocería a nadie para que me guiara, en general, no conocería a nadie, y eso era lo que más me asustaba en ese momento. 




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Espero que os haya gustado el capitulo, casi no lo subo porque voy con prisas y me iba fuera el finde, pero si no lo hacia la gente me mataba así que aquí lo tenéis :)

martes, 21 de mayo de 2013

Capítulo 9


En el capitulo anterior...

De repente, una gran linterna iluminó la sala y le vi. Frente a mi estaba Freddy Krueger, intenté, ahora sí, deshacerme de él, pero su mano enguantada me lo impedía. A mi lado todos estaban petrificados ante la escena. 
- ¡Ayudadme!- conseguí gritar. 
- ¡Freddy!- gritó la persona que llevaba la linterna- suéltala. 
- Pero...- dijo él con voz ronca después de quedárselo mirando fijamente un buen rato.
- Nada de peros Krueger, suéltala y vuelve a tu habitación. 
Poco a poco sentí como la fuerza en mi brazo disminuía. Mi corazón latía tan rápido que incluso lo sentía en los oídos. 
Freddy Krueger levantó el mantel dejando ver una trampilla en el suelo por la cual se escabulló, no sin antes dirigirme una mirada de odio que me heló la sangre. 

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Nos encontrábamos fuera de la casa del terror. Había pasado mucho miedo allí dentro, pero por fin estábamos fuera. 
Estábamos todos charlando dispersados fuera de la casa cuando mi móvil empezó a vibrar y sonar en mi bolsillo.
Pegué un grito, asustada.



Cogí mi móvil rápidamente. 
"Número desconocido"
- ¿Diga?
"¿Miss Sánchez?"
- La misma
"Soy la directora de la piscina donde enviaste el currículum"
- Ah, de acuerdo.- ¿que tenía que decir?, se me habían olvidado las palabras- ¿Y cuál era el motivo de la llamada?
"Una de las entrenadoras de natación se ha lesionado y necesitamos a alguien que la sustituya. Y visto que estaba interesada en el puesto, le haremos una entrevista en cuando le venga mejor y decidiremos si desea o no el puesto atendiéndose al horario"
- Muchísimas gracias, de verdad- respondí impresionada. Saqué una libreta de la mochila que llevaba conmigo y apunté un par de datos- Gracias de nuevo. Ahí estaré. Adiós - colgué.
Louis, Nicole, Jack y Harry me miraban sin entender. Aun no me podía creer mi suerte. Empecé a asimilarlo. Si, esta llamada había sido real. 
- Me han aceptado en una piscina- grité mientras corría hacia Niall quien hablaba con Liam de espaldas a mí, "salté" a su espalda y le abracé sobresaltándolo. 
- ¿Qué?- preguntó sin entender mi reacción a la vez que se giraba. 
- ¡Me han aceptado, en la primera piscina!
- Wow, felicidades- me abrazó alzándome del suelo y dándome una vuelta. 
- Gracias, por todo- dije dándole un beso en la mejilla. 
- Eh, felicidades enana- me dijo mi hermano acercándose. 
De repente me inundó una ola de felicitaciones de parte de todos los presentes. 
- Muchas, gracias chicos- respondí con una sonrisa en la cara. 
Me aparté de ahí y llamé a mis padres para darles la buena noticia. 
Cuando colgué, una especie de nostalgia me invadió. Como me hubiera gustado que mis amigas estuvieran ahí para celebrarlo juntas. Por mala suerte, se habían quedado en España. Entonces mi mente empezó a pensar. Tampoco me habían enviado ningún mensaje, ni por Facebook, ni Whatsapp, ni nada. La última vez que había hablado con ellas era para decirles que ya había cambiado la compañía del móvil y tenía internet para seguir hablando. Eso había sido a la mañana siguiente del día en que llegamos. Hacía ya lo suficiente como para pensar que ya no volveríamos a hablar, al menos no como antes. 
Toda mi felicidad se desvaneció por instantes. Hasta que alguien tocó mi espalda. Volteé para ver a Zayn. 
- ¿Dónde estabas?- le pregunté con una sonrisa falsa en la cara. 
- Estaba llamando a Perrie. ¿A que vino toda esa alegría de antes?
- Que ya tengo trabajo- forcé mi sonrisa. 
- Oh, genial. Espero que lo disfrutes, era lo que tú deseabas ¿verdad?
- Si, he tenido mucha suerte.
- La suerte del Leprechaun- nos reímos.
- Gracias- le dije desconcertándolo. 
- ¿Por qué?
- Por salir de la monotonía del simple "Felicidades" o "Me alegro mucho"
- ¿Y me das las gracias por esta tontería?
- Si- me reí. Me dio un beso en la mejilla, haciendo que mi sonrisa fuera mayor. 
- Perfecto, ya he conseguido lo que quería- comentó mientras se volteaba para empezar a andar hacia los otros.
- ¿Darme un beso en la mejilla?
- No- respondió mientras se alejaba- alejar todos esos malos pensamientos de tu cabeza- dijo sin voltearse, siguiendo su camino. Me quedé mirándole sonriendo. 

- Espérame- empecé a correr hacia él cuando me di cuenta de que me había quedado sola. 
- ¿Vamos a las tazas giratorias?- preguntó Louis. 
Todos estuvimos de acuerdo y nos fuimos hacia allí. 
Jack, Sam, Sonny y Harry empezaron a discutir por el camino sobre quién podía girar más rápido y acabar sin marearse. Por eso, al llegar a la atracción y que el chico nos dejara entrar, se separaron en dos parejas, Sam y Sonny; Jack y Harry y se montaron en dos tazas. 
Alguien me dio un suave toque en el hombro, me giré y me encontré de cara con Niall.
- ¿Sigues mareada?- me preguntó. 
- No, ya estoy mucho mejor. 
- ¿Subes conmigo? Prometo no girar muy deprisa. 
- Claro. 
- ¡Irene!- me llamó alguien- ¿subes conmigo?- era Zayn. 
- Iba a ir con Niall, lo siento, si quieres ven tu también. 
- No, da igual, no pasa nada- dijo sonriendo, antes de girarse hacia Liam que le decía que subiera con él dándole unas palmaditas en la espalda. 
Vi que mi hermano se picaba con los cuatro, diciendo que él solo podía girar mucho más rápidamente que ellos, así que se subió en una taza él solo mientras Nico y Louis subían en otra. 
La atracción empezó a girar y vi como los cinco locos esos, mi hermano incluido, empezaban a girar el volante con todas sus fuerzas y en unos segundos a penas se les distinguía. Nico y Louis empezaron a girar también y Zayn y Liam igual. 
- Va Niall, vamos. 
Ambos tomamos el volante y empezamos a hacer un buen esfuerzo para girar la taza junto con nosotros, poco después lo veía todo difuminado, todo daba vueltas, la única cosa que veía fija era a Niall a mi derecha. Los chicos, la atracción y el resto del parque apenas era visible. Seguíamos dando vueltas hasta que solté el volante cansada, haciendo así que me resbalara y fuera a chocar contra Niall.
Nos reímos y él también dejó que la taza girara por el propio impulso, pasó un brazo por detrás mío apoyándose en la pared de la taza que seguía y seguía girando.
Fue cuando empezábamos a parar que volví a poner una mano en el volante, justo cuando Niall hacía lo mismo, y sin querer en lugar de poner la mano en el volante la puso encima de la mía. Y allí se quedó hasta que la atracción paró y todos dejamos de dar vueltas.

Nos levantamos poco a poco y salimos de nuestra taza justo cuando vimos a Sam, Sonny, Fran, Jack y Harry salir corriendo de sus tazas y como, tanto Fran como Harry y Sam, caían al suelo mientras los dos restantes se apoyaban en sus respectivas tazas para no terminar como sus contrincantes. 
Empezamos a reírnos todos mientras ellos intentaban levantarse con pocos resultados. Yo estaba un poco mareada y me apoyé a Niall mientras me agarraba de la cintura para darme más estabilidad. Vi como a Nico le pasaba algo parecido a mí y me reí. 
Cuando el suelo dejó de moverse fui a ayudar a mi hermano que aún estaba en el suelo, aunque ya había conseguido ponerse sobre sus rodillas. 
- No quiero tu ayuda- se quejó cuando le tendí la mano- puedo levantarme solo- dijo poniéndose sobre las puntas de los pies para terminar de levantarse, pero no lo consiguió gracias a mí.
- Por borde- Le empujé un hombro hacia atrás haciendo que cayera de nuevo, esta vez de espaldas. Lo que no tuve en cuenta en el momento en que lo hice era que con los reflejos consiguió cogerme del brazo tirándome a mí también y caí de cara encima de él golpeándonos en la frente. 
- Parece que no lleves años con lo mismo- comentó él mientras yo ponía mi mano en la frente que me dolía por el golpe. 
- Cinco por nueve son cuarenta y cinco; ocho por siete cincuenta y seis; seis por...- empecé a decir en español
- ¿Que se supone que haces?- me preguntó él en el mismo idioma aun los dos en el suelo. 
- Compruebo que por el golpe no he haya transferido mi inteligencia y no se me haya contagiado tu imbecilidad. 
- Pues un poco se ve que sí, porque más imbecilidad que esta no podías decir. ¡Y sal de encima! 
- ¿Y si no me da la gana?
- ¿Sabes que esto parece otra cosa? Y más que, por si no te has dado cuenta estamos hablando en español, no se están enterando de nada. Por suerte saben que somos hermanos, bueno, el chico de la atracción no lo sabe y nos está mirando. 
Me sonrojé ante eso y me levanté de golpe. Él se empezó a reír de mi reacción y le di una patada en la pierna. 
- Vete a la mierda- le dije alejándome de él. 
- Pero no te alejes que me cuesta más cumplir tus deseos.
- Te odio- le grité en inglés, era una costumbre que tenía, daba más efecto de ser real y en ese momento hizo que volviéramos a adaptarnos al idioma local.
- ¿Que ha pasado?- preguntó Harry cuando todo quedó en silencio. 
- Ese, que es imbécil- le contesté. 
- Seré todo lo imbécil que quieras, pero me quieres un montón. 
- Y tú tienes un montón de imaginación
- No fui yo quien vino corriendo el otro día cuando me torcí el tobillo. 
- Pues claro, principalmente porque no podías correr y porque no te veo dando vueltas sobre ti mismo. 
- ¡Oye!- se quejó- ¿desde cuándo se han girado los papeles?
- Ha, te jodes. 
- Bueno, dejad ya la discusión- dijo Liam con un mapa del parque en las mano- ¿Vamos a esta atracción?- preguntó señalando una en el mapa donde ponía "New"- la estrenaron hace un par de meses y hay curiosidad. 

Todos estuvimos de acuerdo y anduvimos diez minutos por el parque de atracciones hasta llegar a la atracción. Estaba casi al otro lado de donde nos encontrábamos. Pero al fin llegamos, donde el mapa indicaba. 
Estuvimos dando vueltas a una especie de cilindro gigante metálico buscando la atracción por ahí. Finalmente, un chico vestido con el uniforme del parque nos indicó que la atracción se encontraba ahí dentro. 
Nos acompaño hacia una especie de cabina que abrió con una llave. Dentro había unas escaleras que bajaban hacia abajo del suelo hacia un pasillo recto. Al fondo, unas escaleras que subían. Cuando nos encontramos al exterior, estábamos dentro del cilindro. Dentro de éste había otro más reducido enganchado por un enorme brazo de hierro del techo del cilindro exterior.
A un lado del cilindro pequeño había un agujero que hacía de puerta. Nos dirigió hacia allí y entramos dentro. 
- Ninguno de vosotros lleva una camiseta de tela sintética, ¿verdad? - Empezó a decir el chico. Repasando nuestra ropa.- Bien. Sobre todo, que nadie se incline hacia delante cuando esté la atracción en marcha. Situaros en cada uno de los puestos y seguiré con la explicación.
Me dirigí hacia uno. Era una especie de tabla rugosa de color amarillo enganchada a un pequeño mecanismo que supuse que subiría. A ambos lados había unas barras metálicas donde podías agarrarte. Y a mitad de la madera salía un cinturón como el de un coche pero que solo ataba por la barriga. Me lo abroché y me agarré a las barras.
Cuando todos estuvimos situados en nuestros sitios el chico volvió a hablar.
- Es muy importante que sigáis bien lo que os he indicado antes, nada de inclinarse hacia delante, debéis permanecer con la espalda en la pared hasta que la atracción pare. Lo que sí que podéis es no agarraros a las barras de los costados, allá vosotros. Los cinturones, la verdad es que no hacen mucho, pero en realidad son innecesarios. Bueno, creo que no me dejo nada.- El chico se dirigió a la puerta por donde habíamos entrado- ah sí, ¿hay alguien que lleve zapatos sueltos? Si es así, sacároslos y dejadlos aquí fuera- salió por el agujero seguido de Zayn, Niall, Sam y Jack, el resto llevábamos converse o zapatos bien atados.
Aunque no fue hasta que la atracción se puso en marcha cuando todos estuvieron en sus sitios con el cinturón atado que entendí el problema que tenían los zapatos. 
La atracción empezó a girar sobre si misma haciendo que quedáramos pegados a la pared, solté las manos retando a Fran que se encontraba justo al otro lado del cilindro. Sentí como la placa amarilla de mi espalda se movía levantándome a medio metro del suelo. 
Y de repente, cuando la atracción alcanzó su máxima velocidad, el suelo se partió en dos y se abrió hacia abajo dejándonos ver a unos diez metros una piscina con lo que parecían cocodrilos. 



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Se que es un poco tarde ya pero os dejo el capítulo, en toda la tarde no he podido subirlo, pero al fin aquí tenéis el 9 ¿Que pasaría si subierais a esa atracción, os gustaría? No se que más deciros, espero vuestros comentarios, y el viernes subo el siguiente :) Besos.